Aviso: Spoilers a cascoporro. Usted sabrá lo que se hace.
Son varios los sitios en la red donde, después del primer episodio de la tercera temporada de The I.T. Crowd se habló de cierta decepción o de que no empezó bien. Desde el casi siempre acertado Hernán Casciari (que en realidad no argumentó el por qué mas allá de un "a mi invitado no le ha gustado") hasta el ejercito habitual de frikazos que protestan en blogs y foros cada vez que una serie o película no es exactamente como ellos quieren que sea.
Discrepo radicalmente de estas opiniones. El primer episodio de temporada fué magnífico, rozando el sobresaliente, y la temporada en conjunto está a altura de las anteriores, otra cosa es que se pierda factor sorpresa.
Hay cosas que cambian, unas que mejoran y otras que empeoran, algunos personajes se desarrollan mas y mejor y se pierden matices geek pero se gana en sátira social. Pero vayamos por partes.
El hecho de reducir la serie a 6 episodios por temporada eleva, que duda cabe, las expectativas a alturas estratosféricas. Y si le sumamos a esto el típico y cansino "ya no es tan buena como antes" que suele aplicar el 90% de los mortales a cualquier serie de TV que alcanza su tercera temporada obtenemos la respuesta a como pudo decepcionar a algunos ese primer episodio. Un episodio estupendo, plagado de guiños a capítulos anteriores, con la recuperación del gag del teléfono de emergencias y un cameo de Denholm incluidos. Pero, sobre todo, excelentemente estructurado.
Como bien sabían hacer los creadores de Seinfeld (una sitcom que a estas alturas sigue sirviendo como referente a la hora de crear guiones) los guionistas de The I.T. Crowd no solo saben manejar a la perfección varias subtramas simultáneas, sino que saben hacerlas crecer y crecer para acabar cruzándolas y hacerlas explotar en uno de esos finales absolutamente brillantes y despiporrantes. No sé si a algunos le parecerá fácil, pero incluso sitcoms tan notables como 30 Rock tienden a apostar por subtramas "de relleno" que en ningún momento se relacionan con la principal. Pasa también en algunas ocasiones en The I.T. Crowd, como por ejemplo en el segundo episodio de esta misma temporada, donde las tramas de Roy y Moss por un lado, y la de Jen y su novio el mago por otro, parecen ir a ritmos distintos.
El personaje de Douglas, uno de los mas discutidos y discutibles de la segunda temporada gana enteros en esta tercera. Ahora que ya nos hemos olvidado un poco del hueco que dejó la desaparición de Denholm, el personaje de su hijo parece conseguir su espacio, y se convierte en toda una fuente de gags groseros, estúpidos y delirantes. Una de las primeras carcajadas de la temporada llega con la presentación de su "equipo de contables" (el mejor que nunca ha tenido) y su protagonismo en el primer episodio no solo es comparable al del trio protagonista, sino que está a la altura. En otras ocasiones, puede protagonizar toda una subtrama razonablemente sólida (impagable la de su relación con aquella mujer que "solía ser de Irán") o poner la guinda a un episodio que parecía que ya no podía mejorar, como en el caso de su aparición sorpresa durante la kedada de Jen con sus ex-compañeros de instituto.
Roy es el gran protagonista. Y adquiere un protagonismo absoluto e inédito en temporadas anteriores, reduciendo a Moss, en algunas ocasiones como en Calendar Geeks, a mero secundario. Y es que las diferencias entre ambos personajes son mas claras y están mas definidas que antes. Moss es el representante geek absoluto, pero Roy es un personaje mas universal, con el que es mas facil identificarse, que representa al inadaptado social. Un personaje que a veces pretende salir, con poco éxito, de su reducido e inexistente círculo social (y arrastrar a un mas reacio Moss con él) y que intenta por todos los medios conseguir una cita con una mujer (algo que Moss ni se plantea).
Los mejores momentos de esta temporada están protagonizados por Roy, así como las principales tramas y logra sobresalir después de tanto tiempo eclipsado por el carisma de su compañero de trabajo. Este hecho hace perder a la serie parte de sus vínculos mas directos con el mundo geek e informático (aunque siguen muy presentes, claro, y esto depende mucho también del episodio) pero sirve para enfrentar a Roy a todo tipo de circunstancias disparatadas mas allá de su relación con los ordenadores y su trabajo.
Chris O'Dowd es el gran protagonista. El actor que encarna a Roy se revela ahora mas que nunca como un cómico excelente, con un talento excepcional para la mímica y el humor gestual en el que se basan muchos de los mejores gags de la serie o que sirven para rematar otros. Como ejemplo de lo primero, basta recordar la cara de Roy al ver a Douglas tirar por la ventana sus 20 libras, el intento posterior de recuperarlas haciendo equilibrios en la ventana, la expresión traumatizada después de su sesión fotográfica nerd o su intento de sonreir a petición de Jen. Y como ejemplo de cómo rematar un buen gag, podemos recordarle absolutamente alucinado después del apasionado beso que le propina Moss al final del segundo episodio. Un gag, por cierto, que no solo merecería estar en un top 3 de grandes momentos de la serie, sino que podriamos analizar con todo detalle como ejemplo de como estirar un buen chiste no solo sin cargártelo, sino haciéndolo crecer y crecer y llevarlo mucho mas lejos de lo que el espectador podría esperar. Toda una cima.
La sátira está, quizás, mas presente que nunca. Especialmente en los dos últimos episodios de la temporada. El capitulo dedicado a Frienface, como ya hiciese aquel de Moss y el alemán donde se pitorreaban de las campañas antipiratería, es un guiño excelente a todos los internautas que siguen la serie y que probablemente también se han visto arrastrados hasta alguna red social como Facebook, a pesar de sus reticencias iniciales. Como en la realidad, los protagonistas empiezan resistiéndose, acaban siendo convencidos por algún analfabeto informático, enganchándose al invento, perdiendo el tiempo en chuminadas y, comprendiendo que, volver a contactar con gente de los tiempos del colegio, instituto o universidad quizás no es tan buena idea. Paradójicamente ahora existe un Frienface real en internet e incluso tiene su propio grupo en... Facebook!
En cuanto a Calendar Geeks, y pese a lo que podríamos pensar por su título, la sátira se aleja del mundo geek y señala con el dedo directamente a la mojigatería y a la hipocresía de la sociedad. Inspirado claramente en la famosa polémica suscitada por el calendario de las azafatas de RyanAir, que fué acusado de machista y sexista, debería ser de visión obligatoria en las clases de educación para la ciudadania, así como por toda la pandilla de borregos e idiotas que, sin pararse a pensar, escupieron toda su bilis sobre el famoso calendario. Y es que pocas veces en una sitcom se sabe articular tan bien un discurso que fulmina de forma absolutamente demoledora la doble moral de los escandalizados de turno.
Y, por último, Jen es la representación perfecta de esa sociedad hipócrita que comentaba en el punto anterior, que huye como de la peste de aquellos que no saben adaptarse y que sacrifican aquello que les hace diferentes para poder formar parte del rebaño. Esa sociedad dominada por las apariencias y que ocupan puestos de trabajo para los que no están preparados probablemente porque aquellos que les rodean tampoco están preparados para lo que están haciendo (y de ahí el éxito de aquel discurso de Jen sobre la red).
De este modo, Jen sería la némesis de Moss, dejando así a Roy en una especie de punto intermedio entre ambos que probablamente le ha servido para adquirir ese peso que señalaba antes. Pero siguiendo con Jen, y para que nadie me malinterprete, hay que señalar que su personaje no está tratado con crueldad, o al menos, no con mas crueldad con la que se construye a los otros protagonistas. Si algo nos deja claro la serie es que Jen es absolutamente indispensable para Roy y Moss: es su contacto con la realidad, su enlace con un mundo que no comprenden y al que no se saben adaptar. Una breve ausencia de Jen puede suponer que Roy viva las dos peores horas de su vida y esta, a su vez, aprenderá de sus subordinados una serie de conocimientos tan enriquecedores como el hecho de saber quienes son Guided by Voices.
Al final, la conclusión es que los protagonistas se complementan mutuamente y que, independientemente de su afán por encajar o no, todos acabamos como al final de Friendface, huyendo de alguna estupida situación social con el rabo entre las piernas.
Algunos apuntes sobre la tercera temporada de The I.T. Crowd
Posted on miércoles, 7 de enero de 2009
by Ark
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2 Responses to "Algunos apuntes sobre la tercera temporada de The I.T. Crowd":
Hola. Acado de desdubrir este blog y precisamente estoy viendo la tercera temporada de esta serie. Solo he podido ver 4 hasta ahora y la verdad es que me sigue pareciendo una serie estupenda pero no estoy de acuerdo en que está a la altura de las temporadas pasadas. No me molestan los cambios y de hecho espero que me sorprendan pero el primer capítulo me aburrió un poco. La verdad es que Douglas nunca me ha gustado nada ni me ha hecho gracia así que puede que el hecho de que tenga más minutos sea una de las cosas que me fastidian.
El 2º episodio me parece buenísimo y me reí un montón, y estoy de acuerdo en que es un acierto dar más protagonismo a Roy porque es muy bueno aunque no sea tan freak como Moss o Richmond (por tutatis que a este lo estoy echando de menos), pero lleva muy bien el peso de la serie y es a lo mejor alguien con quien mejor se puede identificar uno.
De acuerdo también con todo lo que dices de Jen.
Sí que ha sido la temporada de Roy, absolutamente.
A pesar de que los tres me han parecido adorables desde el primer momento, él era mi menos favorito. Moss es tan encantador y tan deliciosamente frikazo que me enamoró al instante, Jen es la figura con la que las mujeres nos podemos identificar y , al menos a mí, me hace muchísima gracia ver reflejadas en ella situaciones y cualidades muy nuestras exageradas a la máxima potencia(véase capítulo de la tía irma XDDD). Y sin embargo, Roy me quedaba ahí un poco desencantado, tal vez precisamente por ser más "universal", como lo defines tú.
Pero esta temporada ha protagonizado casi todos mis momentos favoritos: el "idilio" fugaz con Moss, la escena de culebrón en la reunión de ex-compañeros de Jen (mi capítulo favoritisísimo de la temporada) y el "making off" del calendario de hombres más sesis jamás vistos en televisión.
Lo dicho, Roy ha escalado posiciones en mi corazoncito, porque me ha hecho reir como nadie, pero si en alguna fiesta de ex-compañeras petardas del instituto o facultad tuviese que buscar un falso marido perfecto, ese sería Moss, sin duda :P.
Espero que haya cuarta temporada, porque el final de ésta deja un saborcillo en la boca tan agradable que hay ganas de más. Como cuando te comes un bombón de chocolate negro.
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