Cuando dije que este no era un blog de actualidad no bromeaba. Y es que, a pesar de haber visto Planet Terror en el cine en el momento de su estreno, la otra mitad de Grindhouse, Death Proof, ha tenido que esperar hasta ayer mismo. Y si este blog sigue adelante y consigue algún que otro lector algún día pronto comprobarán el desbarajuste temporal de quién esto escribe a la hora de disfrutar de las cosas que supuestamente le gustan.
Y sí, Death Proof me ha gustado. Con ese placer malicioso, además, de ser consciente de que a muchos otros no solo no les habrá gustado, sino que incluso les habrá escandalizado. Así de infantil es uno.
Pero es que Death Proof, al igual que todo el proyecto Grindhouse en general, es de estas películas que requieren cierta complicidad del espectador. Algo que no disimula en ningún momento y que deja con el culo al aire a aquellos que se irritan porque el film que acaban de ver ofrece exactamente lo que promete. De manera que, el siguiente paso, es definir el último trabajo de Tarantino como un ejercicio de onanismo extremo como si esto fuese algo necesariamente negativo. Y no solo no es algo negativo, sino que es una de sus mayores virtudes. Sin necesidad de coartadas, Tarantino se desmelena y ofrece en el film dosis ingentes de Tarantinismo elevado a la enésima potencia, permitiéndose el lujo de ofrecer diálogos de una extensión inacabable, referencias al cine que homenajea y a los filmes de su propia filmografía, algunos cameos, primeros planos de pies femeninos y buena música a granel. En fin, la pesadilla de aquel que aplaudiría una película de Tarantino si esta no pareciese de Tarantino (curiosa "virtud" que algunos exigen a algunos directores) o, peor aún, de aquellos que pretenden que algunos autores sean siempre fieles a su estilo pero con cierta mesura que permita al film mantenerse dentro de cierta ortodoxia fílmica.
Por tanto, Death Proof es un regalo para todos aquellos que admiraron el trabajo anterior del director por algo mas que un par de anécdotas que les hiciesen gracia en su momento y que disfrutarán cosa mala aquellos que sean conscientes de que el homenaje es sincero, no una parodia de un cine sin valor, sino una reivindicación de un cine al que algunos no quieren dar ningún valor. La lástima en todo caso es no conocer bien todos los referentes del director, lo que no impide, en cualquier caso, el disfrute de la obra. A lo que hay que sumar que Tarantino, mas allá del celuloide rayado o los rollos "perdidos" sigue dando muestras de su talento como narrador y director, entregando secuencias inolvidables, sacando lo mejor de sus actores y ofreciendo una fotografía deliciosamente casposa.
Siguiendo con los símiles onanistas (también muy presentes en el propio argumento del film), incluso podriamos hablar de una película estructurada como dos actos masturbatorios. En las dos partes en que el director divide Death Proof asistimos a largas secuencias donde se nos presenta y define a los personajes, produciendo cierta impaciencia por llegar al climax pero siendo consciente de que ahí reside la gracia del juego masturbatorio. Y cuando llegan los (orgásmicos) finales es cuando Tarantino se permite el lujo de sorprender y dar una vuelta de tuerca a lo que hasta ese momento parecía previsible. El primero termina de forma abrupta e inesperada y nos entrega algunos planos morbosamente inolvidables. El segundo, en cambio, se alarga y se retuerce hasta lo absolutamente inesperado con un final que concluye Grindhouse de forma delirántemente brillante.
Súmenle a esto persecuciones automovilísticas, unos cuantos primeros planos de culos femeninos y un amo como Kurt Russell y si el resultado no les convence es que nunca les ha gustado Tarantino.
Death Proof
Posted on viernes, 16 de enero de 2009
by Ark
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2 Responses to "Death Proof":
A death Proof le sobran 40 minutos de diálogos intrascendentes que no pegan nada con el tema de la película ni con el objetivo que persiguen los que iban a ver GRindhouse como debe ser, en sesión doble. Y encima aquí los tenemos que soportar con la voz de Ross de Friends. Brrrr
Sr. Bostezo, una duda existencial me asalta. Si he disfrutado muy mucho de Pulp Fiction, Kill Bill 1&2 y de Reservoir Dogs, pero sospecho -leyéndole- que con esta película me echaría una de mis siestas antológicas... ¿es que en realidad no me gusta Tarantino? (véase que he dicho "no me gusta- me gusta", no he hablado de ningún sentimiento de fan hasta la muerte que me pudiese llevar a adorar cualquier cosa que hiciese).
Confío en que usted me sepa resolver este dilema.
Atentamente suya.
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